martes, 10 de junio de 2008

Una isla en la cocina

Uno de los “inventos” mejor importados de las casas americanas, a mi forma de ver, es poner las cocinas con islas centrales. Si os fijáis, en muchas series americanas salen cocinas con una isla central de trabajo o como mínimo con una barra amplia. Por cierto, a las cocinas que tienen una barra de trabajo (para fuego o fregadero) unidas a la pared se les ha comenzado a llamar recientemente “cocinas con península“, lo digo para que os suene por si escucháis alguna vez el término, y son muy apropiadas cuando no se tiene el suficiente espacio para poner una isla central.
A priori, existen muchas ventajas de las islas en la cocina. Aquí os enumero algunas:
  • Una amplitud de espacio de trabajo mayor ya que la isla normalmente es mucho más ancha (puede ser el doble o más) que una encimera de pared por razones obvias.
  • El desahogo de no tener una pared justo enfrente o incluso en algunos casos un módulo alto enfrente justo de la cara, es ya bastante para justificarla.
  • La facilidad de colaboración entre varias personas que estén cocinando, ya que es posible trabajar por todo alrededor de la isla.
  • La facilidad para la comunicación entre personas. Simplemente recordad con que soltura trabajan los cocineros de la tele (Arguiñano & compañía) en sus islas mientras hablan directamente a la cámara, pues pensad que esa cámara puede ser tu pareja, hijos o amigos.
De todos modos, recordad que sólo tiene sentido montar una isla si podemos respetar una zona de paso con una anchura mínima de 120 cm para no entorpecer la apertura de las puertas o la circulación de los usuarios. En grandes estancias resulta muy práctica puesto que actúa de elemento puente entre la zona de trabajo y el office o entre las diferentes áreas funcionales.




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