lunes, 23 de junio de 2008

La cerámica se vuelve Neobarroca

La cerámica es tendencia y los diseñadores que conciben las nuevas colecciones contribuyen a crear estilo. Las empresas de la industria cerámica española están convencidas de ello y centran gran parte de sus esfuerzos en liderar la moda, marcar la pauta y crear productos que ofrecen pistas al diseñador y decorador a la hora de alumbrar nuevas ideas y conceptos en un mundo de sensaciones y abstracción que todo lo envuelve. Así surge el neobarroco, una marca que recuerda la moda imperante de los siglos XVII y XVIII y que reinventa la modernidad. La cerámica aporta la distinción y la brillantez.

El minimalismo de los últimos años ha dejado paso a nuevos horizontes en los que la cerámica explota todo su potencial estético y exporta su aportación a las distintas líneas del interiorismo y la arquitectura. Las líneas rectas siguen predominando en el nuevo espacio escénico, pero junto a ellas renacen las viejas corrientes, reinterpretadas según cánones actuales de sofisticación y rubricadas por la firma personalísima del autor. La revisión de los estilos también deja atrás los ambientes coloniales y se imponen a los acabados rústicos las nuevas decoraciones sobrecargadas en las líneas más vanguardistas de los diseños cerámicos. La concepción del espacio varía y el cromatismo y las formas asumen el protagonismo.

El nuevo barroco o neobarroco surge con fuerza en este panorama espacial para romper, con su estética estudiadamente cargada, la pureza que rige los ambientes. La cerámica ha sido de las primeras en romper moldes y desprenderse paulatinamente de las líneas mínimas y breves, para aportar todo un torrente de creatividad en el que la sinuosidad de las curvas, el guiño a los reflejos áureos o argentados, los ornamentos, los estampados con motivos floreados y figuras naturales, así como la pasión por el blanco y negro o los colores intensos y brillantes conviven a la perfección con la recta y el equilibrio. Se busca la elegancia, que consiguen los acabados cerámicos en negro, combinados con el dorado y plateado.

La imaginación del neobarroco, como estilo que bebe del siglo de las revoluciones, surge también en tonos de verde manzana, azulados y turquesas, rosados y rojos. Colores de la naturaleza en los que se inspiraban los grandes artistas que abrieron el espectro colorista a una nueva luz. Aire fresco y creativo que la cerámica aporta en sus múltiples posibilidades decorativas a las líneas cúbicas y modulares del diseño actual.

La cerámica no sólo se adapta a los nuevos tiempos, sino que forma parte de ellos y los define. Así, surgen apuestas desde las empresas por el neobarroco en la búsqueda de un contraste que dibuje la senda del interiorismo y la decoración de ambientes del hoy y del mañana. Conviven distintos elementos combinados de forma armónica con un regusto ‘vintage’ y retro, pero superando la moda de los ‘seventies’ o el Pop-Art. Curvas y rectas en imposible simbiosis crean atmósferas lujosas y únicas.


La fantasía del creador es la herramienta para convertir, usando las piezas cerámicas de última generación y los diseños más atrevidos, espacios sobrios en glamourosos, con toques que recuerdan los ornamentales siglos XVII y XVIII, elegantes en exceso y exclusivos en esencia. La sofisticación del neobarroco aporta calidez a las decoraciones funcionales que, sin dejar de serlo, ganan en vistosidad.Como el propio barroco, la cerámica aporta a esta nueva tendencia diseños y colores apasionados, formas virtuosas y un aire irracional en una múltiple combinación. Cada interiorista, arquitecto o decorador deja volar su imaginación para imprimir su carácter a los espacios actuales de una forma personal e intransferible, introduciendo espejos, lámparas de lágrimas vítreas, relojes, muebles de anticuario y elementos de época a un espacio al que la cerámica ya ha puesto nombre.

El único límite es la imaginación. Azulejos decorados, relieves, pavimentos que reproducen en pequeños formatos los dameros en blanco y negro, o estampados en rosados o turquesas. Cenefas ornamentadas, medallones y tapices cerámicos para las paredes, que llenan de exhuberancia, suntuosidad y elegancia los espacios… Creatividad inspirada en la naturaleza.

La cerámica revive el esplendor de las artes decorativas del siglo XVII en un alarde de policromías, damasquinados y símiles a panes de oro y plata. Junto al pequeño formato, el desapego al minimalismo se traduce en un neobarroco que apuesta por las piezas porcelánicas enormes, las más grandes de fábrica, de hasta tres metros por uno, pasando por las combinaciones en 60x60 y de 60x120. Pavimentos metalizados en acabado óxido, superficies grises texturadas, rugosidades.

Los baños no escapan a las nuevas tendencias y el neobarroco los plantea en damero cerámico blanco y negro, combinación estrella -junto con los dorados y plateados- para definir el resurgir del estilo. La imaginación, desbocada, también pigmenta estos espacios cerámicos de colores brillantes y descarados (rojos, amarillos, rosas). Mientras, el mobiliario de baño recupera antiguas formas y materiales de siempre como la porcelana, pero esmaltados en tonos insultantemente provocadores como el oro o la plata.

La cerámica demuestra todo su potencial estético en el neobarroco y aporta su valor añadido al interiorismo y la decoración, que beben también de este material milenario. A las infinitas posibilidades estéticas que son capaces de crear las empresas y los diseñadores del sector, se suman las ventajas físicas de la cerámica, líder en resistencia y durabilidad, capaz de ofrecer texturas y colores inigualables. Combinable con otros materiales o en solitario, la cerámica es imprescindible para entender el interiorismo, la arquitectura, la decoración y el diseño actual.

Minimal, clásica, neobarroca o vanguardista, la cerámica crea estilo.

Ver artículo completo de ASCER en la web de cevisama 2011



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